En sus propios términos

Breve reseña de la Antropología en el Paraguay

Antropóloga Marilin Rehnfeldt
Directora de la Maestría en Antropología,
Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, Paraguay.

En septiembre de 1965, hace ya un poco más de 50 años, bajo el liderazgo del entonces presidente de la Junta Directiva del Centro de Estudios Antropológicos del Ateneo Paraguayo el antropólogo jesuita Prof. Dr. Ramón Juste S. J, se publica por primera vez el Suplemento Antropológico del Ateneo Paraguayo (1), que luego de cinco volúmenes, pasaría a denominarse Suplemento Antropológico del Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica (CEADUC). En la Información para autores, se destaca que el Suplemento estará dedicado a la publicación de artículos que representen contribuciones al fondo del conocimiento científico y que, “… aunque se espera que los artículos traten principalmente de la antropología paraguaya y regiones vecinas, serán bienvenidos trabajos sobre cualquier asunto antropológico”.

Creemos necesario rememorar la publicación de este primer volumen del Suplemento, para recordar y festejar que, a lo largo de estos años de publicación ininterrumpida, el mismo se ha convertido en el principal referente de la antropología paraguaya, no sólo en los ámbitos científico y académico, sino también en el de un compromiso social con la causa indígena. Recordamos y valoramos el papel fundamental que desempeñó el Suplemento durante la larga dictadura militar (1954-1989), cuando, a pesar de los tiempos oscuros, se mantuvieron las publicaciones de dos volúmenes por año, que jugaron un papel preponderante en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas. Basta recordar las publicaciones referentes al genocidio de los Ache, la tragedia de los Maskoy en Puerto Casado, el etnocidio de los Ava Guarani de la Región Oriental y de los Ayoreo en el Chaco por citar algunos. Las publicaciones sobre el genocidio Ache en la década de 1970, realizadas por el lingüista Bartomeu Meliá S.J., por Miguel Chase Sardi y por el antropólogo alemán Mark Munzel sirvieron de base para llevar al Paraguay ante el Tribunal Russell, también conocido con el nombre de Tribunal Internacional sobre Crímenes de Guerra, que acusó al país de cometer genocidio contra el pueblo Ache, lo que significó la principal derrota política en el ámbito internacional que tuvo el régimen de Stroessner en la época.

Ya en el primer número se configuraban las dos líneas que el Suplemento seguiría a lo largo de estos cincuenta años: por un lado, un énfasis en la publicación de una producción etnográfica de la mejor calidad; y por otro, y no menos importante, su compromiso con el destino de las poblaciones indígenas del Paraguay. Destacamos en ese sentido la publicación, en este número que comentamos, de un artículo etnográfico de León Cadogan y una propuesta de Ramón Bejarano para atender la problemática de pueblos indígenas del Paraguay.

El artículo escrito por Cadogan es un clásico de la etnografía Guarani: “En torno al BAI ETE-RI-VA y el concepto guarani de Nombre”, en el mismo este gran etnógrafo paraguayo se refiere a la importancia del nombre para los guarani y su relación estrecha con la persona y su alma “…es un pedazo del alma de su poseedor…y forma con la persona un todo inseparable”. El nombre, dice Cadogan, es otorgado por los dioses al guarani y éste lo llevará durante toda la vida, es parte integrante de la naturaleza del hombre y la mujer. Me atrevo a decir que no existe actualmente producción etnográfica alguna sobre el guaraní, que no haga referencia a los trabajos de León Cadogan y este que reseñamos, en mi opinión, es uno de los artículos fundamentales de su gran obra científica.

El segundo artículo que reseñaremos: “El Problema Indígena en el Paraguay y su posible solución”, fue escrito por Ramón Bejarano, quien fuera también por largos años presidente de la Asociación Indigenista del Paraguay (AIP). Ambas entidades, la AIP y el CEADUC, han mantenido un estrecho relacionamiento por casi medio siglo, vínculos basados en la cooperación y articulación de sus miembros en el apoyo a la causa indígena. Estas dos entidades, junto con el Museo Etnográfico Andrés Barbero, otro pilar de la antropología paraguaya, auspician el Premio Branislava Susnik, destinado a galardonar anualmente trabajos de investigación antropológica.
Bejarano hace una breve reseña de la situación de los indígenas en los años sesenta y expone los principales problemas que enfrentan estos pueblos, como la necesidad de recuperar los territorios tradicionales y la protección de sus derechos. Existen indígenas, dice el autor “… que son agredidos en diversas formas y no tienen posibilidades de recurrir a una oficina a solicitar Justicia…otros son expulsados de las tierras que ocuparon sus mayores por siglos, para ir a ocupar otras, de donde vuelven a ser expulsados…convirtiéndose en verdaderos parias”. Han pasado 50 años y la situación no ha cambiado en absoluto, al contrario, podemos decir con toda certeza que ha empeorado, sobre todo luego de la construcción de las dos grandes represas hidroeléctricas de Yacyreta e Itaipú construidas en conjunto la primera con Argentina y la segunda con el Brasil.

La posible solución a los problemas que enfrentaban los indígenas, según Bejarano, era la aculturación y asimilación de estos pueblos a la sociedad paraguaya, éste era el paradigma de la época, bajo la influencia del Instituto Indigenista Interamericano, con sede en Méjico, que por años tuvo una fuerte injerencia en la política indigenista de nuestros países de América Latina. El pensamiento indigenista de la AIP y del CEADUC fue cambiando radicalmente con el tiempo, hacia la concepción de un país pluriétnico y plurilingüe, donde el respeto a la diferencia y el acceso a una vida digna para todos los pueblos, sea el norte a seguir y donde los pueblos indígenas sean los protagonistas de su propio destino. Un papel fundamental en este cambio de dirección ha sido el “Simposio sobre la fricción interétnica en América del Sur”, realizado en Barbados en 1971, luego del cual sus participantes dieron a conocer la “Declaración de Barbados para la liberación del indígena”. Este Simposio congregó a renombrados antropólogos de América Latina, entre ellos Miguel Chase Sardi, coordinador del Suplemento Antropológico, por Paraguay y el recordado Profesor Silvio Coelho Dos Santos, por el Brasil, quien por años mantuvo un estrecho relacionamiento con los antropólogos y antropólogas del Paraguay.
El cuarto ensayo de este Suplemento: “La etnobotánica y el Estudio de la Ecología Cultural”, pertenece a Frederick Hicks, antropólogo norteamericano que estuvo en nuestro país durante dos años, con el Programa Fullbright. Hicks también estudió el sistema de parentesco de los Nivakle, pueblo chaqueño en Paraguay publicando, junto con Miguel Chase Sardi, un artículo sobre el tema en el Suplemento Antropológico. El Profesor Hicks enseñó en la catedra de Antropología en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción y fue además miembro del Consejo de Redacción del Suplemento Antropológico.

Una constante a lo largo de estos años, fue la estrecha colaboración entre el CEADUC y antropólogos de otros países que realizaron estudios en el Paraguay; en cada número del Suplemento, se anunciaban sus investigaciones o conferencias. Una conferencia dictada por el entrañable profesor brasileño Egon Shaden sobre “Los problemas de la antropología brasileña”, en el Ateneo Paraguayo, se anuncia con gran destaque en este primer volumen del Suplemento. Shaden fue uno de los más distinguidos conocedores de la cultura guarani y gran amigo del Paraguay donde trabajó, junto con el estudioso paraguayo León Cadogan, en investigaciones sobre las culturas Mbya y Chiripa. En la misma época, el antropólogo francés Pierre Clastres dictaba cursos en el Ateneo Paraguayo sobre Metodología de trabajo de campo y estudiaba la cultura de los pueblos Ache y Mbya en la Región Oriental del Paraguay.

La presencia de antropólogas que trabajaron en el país, aunque fue reducida en número, tuvo una influencia muy significativa en la antropología paraguaya, aquí debemos recordar principalmente a la antropóloga de origen esloveno y de nacionalidad paraguaya Dra. Branka Susnik quien llegó a Asunción en 1951, invitada por el filántropo paraguayo Dr. Andrés Barbero para dirigir el Museo Etnográfico que hasta ese entonces estaba a cargo del antropólogo Alemán Max Schmidl. En sus 45 años en Paraguay, Susnik publicó ochenta y un trabajos entre libros y artículos escritos en castellano, esloveno, francés e inglés (2). Su obra fue un aporte fundamental para la antropología paraguaya y sus trabajos dieron cimiento a los estudios etnológicos y etnohistóricos en el Paraguay. Fue también pionera en el estudio de la Etnohistoria del pueblo Guarani en el área platina (3).

Por 24 años, desde 1961, Susnik fue encargada de la Cátedra de Arqueología y Etnología Americana en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción. Esta catedra fue el fundamento y cimiento de la enseñanza de la antropología en el Paraguay. Recién en el año 2008 se abre en la Universidad Católica la primera Maestría en Antropología en el Paraguay que tengo el privilegio de dirigir, antes de esta fecha, los antropólogos y antropólogas paraguayos tuvimos que formarnos en el extranjero. Esta Maestría se sostiene también gracias a la colaboración científica entre antropólogos y antropólogas nacionales y extranjeros. Aquí quiero citar a algunos queridos colegas del exterior que nos apoyaron en esta difícil tarea: Ana María Gorosito y Guillermo Wilde de Argentina, Miguel Bartolomé y Alicia Barabas de Méjico, Jorge Eremintes y Marta Azevedo de Brasil, Richard Reed de los Estados Unidos y John Renshaw de Inglaterra. En el año 2016, iniciamos la formación de la primera Asociación de Profesionales de Antropología del Paraguay que esperamos se formalice este año 2017, se puede decir que aunque con dificultades, estamos llegando a la mayoría de edad.

Como dije al inicio, esta breve reseña es una ocasión muy propicia para celebrar las publicaciones del Suplemento antropológico y su contribución a lo largo de cincuenta años a la compresión de un Paraguay culturalmente diverso, así como al combate frontal al racismo y la discriminación. Sirve también aunque en forma muy limitada e imperfecta, para recordar, como comunidad académica, a algunos de los numerosos colegas que hicieron posible la construcción del campo de la antropología en Paraguay.

Referencias bibliográficas

Suplemento Antropológico, Vol. I, No. 1. Asunción, Ateneo Paraguayo.
Pusineri. Adelina. 1997. Dra. Branka Susnik, vida y obra. Asunción. Conferencia realizada en Eslovenia en Octubre de 1997. (No publicado)
Eremites, Jorge de Oliveira. 2003, Los primeros pasos en dirección de una arqueología pantanera: de Max Schmidt y Branka Susnik hacia otras interpretaciones sobre los pueblos indígenas de las tierras bajas del Pantanal. Suplemento Antropológico, Vol. XXXVIII, No. 2. Asunción, CEADUC

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